viernes, 22 de julio de 2011

Elisa Lerner


Elisa Lerner
     Nació en 1932. Es una dramaturga, ensayista y humorista venezolana. Desde muy pequeña sintió que su vocación era la de ser escritora cuando recibió un regalo de su padre a los 11 años.
“A esa edad mi padre me regaló unos zapatos muy lindos, abiertos en la punta y adornados con una trenza que remataba en un lazo. Me pareció que aquéllos eran zapatos de escritora y así se lo dije a mi padre: «Papá», le dije, «estos son zapatos de escritora. Ya estoy armada para ser una escritora». Y a él le pareció muy bien. Poco después me compraron papel, muchas plumas y una máquina de escribir. En mi infancia escribí tres poemas con un tema muy doloroso: mi mamá se enfermó gravemente cuando dejó de recibir noticias de Europa. A los dieciséis escribí un libro de relatos que titulé La ciudad del lucro y que luego extravié no sé si en una mudanza o en un interrogatorio de la Seguridad Nacional.”[]
Escribió textos humorísticos en la revista "El sádico ilustrado".

Obras literarias
  • En el vasto silencio de Manhattan (1961, teatro).
  • Una sonrisa detrás de la metáfora (1969, ensayo).
  • Vida con mamá (1976, teatro).
  • Yo amo a Columbo (1979, ensayo)
  • Carriel número cinco (1983, humor).
  • Crónicas ginecológicas (1984, ensayo).

Grupo Sardio
Elisa Lerner perteneció a este grupo desde 1958 a 1961. Aquí publico “La bella inteligencia” (1960), en el vasto del silencio de Manhattan (1964). El grupo literario "Sardio" fue producto de una reacción fuerte a la realidad política venezolana. La asociación, formada por jóvenes universitarios propusieron el espíritu de renovación, de cambio, y de búsqueda  que forma una parte integral del entendimiento de un deseo de cuestionamiento, que se basa en el rechazo de una identidad nacional tradicional por otra, radicalmente diferente, y mucho más afín a la vivencialidad inmediata.
CRÓNICAS GINECOLÓGICAS
Mirla es este país
“Mirla no está propiamente gorda. (Sálvenos Dios de ser cruel, como en su tiempo lo fueron las gacetilleras de Hollywood!). Pero empieza ella a tener la anchura rotunda de muslos, alguna vastedad de caderas poderosas que asedia a las mujeres que bordean la laguna no siempre cenagosa de los cuarenta años, es posible que una cascara de celulitis, comience alojarse en el cuerpo – Mirla Castellanos. La celulitis es una solidaridad que las mujeres estamos aprendiendo a ejercer, después de tenaces jornadas en atenta lectura de las revistas femeninas. Porque Mirla- con un círculo maligno de celulitis curvándole el destino risueño del cuerpo...”
“Pero aun afanándose en medio de la ilusión nocturna lentejuelas, para atraer a los hombres en medio de la ilusión nocturna de lentejuelas, para atraer a los hombres, puedes representarnos como nadie a nosotras, las mujeres- que ya han pasado los 40 años- sólo somos un puro absoluto, sufrir, un fogoso sangrar, un crónico cocinar.” (p 139-140)
Postal de amor para Olivia
“Hoy, Olivia, la de Popeye, es la única novia: invicta, superviviente. En el día de los enamorados, solamente a ella podemos festejarlas. Sólo Olivia vive para la pasión de un noviazgo, acaso tan largo como el de la desgarbada (longitudinal) figura de que es poseedora. Relaciones que Popeye (su novio), mantiene vivas, siempre renovadas, con la fuerza sin igual de una virilidad olorosa a espinacas.”

Un dócil rumor de máquinas Singer
A las mujeres las arrulla un tenaz pero dócil rumor de máquinas Singer. Habrán de construir el más masivo sueño femenino. En la clase media, las venezolanas de no ser cónyuges, han de ser modistas. Las máquinas Singer, gordas, ampulosas, no sólo ocupan gran parte de la vida de las demás, sino muy vasto espacio en las habitaciones.”
Miss Venezuela: otra fracasada versión El Dorado
“Las futuras Miss Venezuela  no son, sólo muchachas de esplendor físico. Ellas son los otros compatriotas, pertenecen a un país implacable, vertiginoso, país de espejismos y azares financieros, donde todos podemos hacernos ricos, en la dominical locura de cinco y seis, o en el burocrático bonche de la corrupción administrativa.”
En el modo del comer venezolano: La Mujer, muy resguardada comensal
“Ese obediente y reiterado secreto de nuestros comedores, sirvió de algo. Comer para el venezolano terminó siendo un acto de estricta intimidad. Comer, fue un acto donde se coronaban los gozos del tranquilo efecto y de la larga intimidad. De modo que la figura del comensal, pudo tener más resaltada, que el menú en sí. No se invitaba para pregonar enfático gusto, por un convencional plato de arroz con caraotas. Si no, para recibir la fidedigna compañía del comensal.”

2 comentarios:

  1. Retrato de Efrén Hernández Arias . Instagram @EsEfren

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  2. Hola!! tengo que realizar una dramatización de unas de las obras de la Escritora Elisa Lerner, si me puedes facilitar algunos de sus ensayos, relatos, crónicas o novela me seria de gran ayuda. mi correo es ana.colmenares.v.ac@gmail.com
    Muchas Greacias

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